De fallos, fallas y complacencias
Aprovecho una nota respecto a la más reciente visita de Fox a BC, para retomar una información de Proceso de esta semana. Concisa una afirmación sobre la realidad entre las acciones y el discurso de la posición federal respecto al revestimiento (encementado o pavimentación) del ahora poco más publicitado Canal Todo Americano en territorio californiano.
Ha sido un tema mediático y su interés ha permanecido en el ámbito regional. Han sido el ejecutivo de la entidad, del Ayuntamiento mexicalense y pequeños vecinos en el Condado de Imperial, además de grupos empresariales locales y ambientales regionales los que han en realidad atendido la controversia, y de forma limitada.
Yo lo que veo es que se equivocan Fox y su equipo al creer que es un asunto totalmente menor e intercambiable por una -mejor perspectiva- para las resoluciones migratorias en Estados Unidos. Tales se tomarán internamente, lejos de algún logro o avance de la acción diplomática y cabildeo mexicanos, y ajenas a las medallitas que en tal materia se cuelgue el ejecutivo federal. No es menor por muchas razones y no sólo por la realidad local, o el futuro que se pone en juego de sus habitantes.
No lo es porque es (todavía) un Estado nacional que niega la defensa de los propios intereses de sus poblaciones, mientras no logran cabida en la agenda interna ni externa de la presente administración. Así no mejora su capacidad de gestión y acción para la serie de problemas ecológico-ambientales de carácter urgente que seguirán explotando a lo largo de la desértica y vulnerable franja fronteriza en sus 300 kms. de ancho este 2006 y los próximos años. El fallo del juez federal en Nevada, Philip Pro, es un precedente brutalmente nocivo y desfavorable para nosotros en el sur con respecto al manejo de mantos acuíferos subterráneos compartidos. Manejo crecientemente necesario como en una reciente investigación he podido constatar.
No lo es porque las situaciones medioambientales son tan complejas que requieren de soluciones innovadoras, con base en amplio conocimiento técnico y científico, y voluntades políticas compartidas. Donde los emergentes actores locales son los más adecuados para su consecución, siendo que el Estado ha resultado demasiado grande y ambiguo para asuntos que no acomodan la tradicional agenda. De esta forma lo que se logra es vulnerar las posiciones y posibilidades de las ciudades y municipios mexicanos, no con el fin de enfrentarse, sino posicionarse y construir nuevos esquemas funcionales con sus vecinos transfronterizos atendiendo una realidad propia.
Tampoco es menor porque decididamente pone en riesgo anticipado el bienestar de los centros de mayor crecimiento, desarrollo y calidad de vida del país. A los que reciben mano de obra que no logra trabajar en Estados Unidos, u ofrecen nuevos lugares de residencia y oportunidades para satisfacer algunas de las necesidades más urgentes de mexicanos sensiblemente menos afortunados. Pone en mayor riesgo a poblaciones que ya enfrentan fuerte escasez de agua y pésima calidad del aire, manejo inadecuado de desechos industriales, entre otras complicaciones.
Y de otra forma coincidendo con afirmaciones de Denise Maerker, hace evidente la conducción de un Presidente de los mexicanos en el exterior con notoria indiferencia a los que aquí estamos. La situación absurda de deteriorar decididamente las condiciones internas, logrando ridículamente poco por las externas. Incluso defendiendo la presencia militar estadounidense en puntos limítrofes.
Ha sido un tema mediático y su interés ha permanecido en el ámbito regional. Han sido el ejecutivo de la entidad, del Ayuntamiento mexicalense y pequeños vecinos en el Condado de Imperial, además de grupos empresariales locales y ambientales regionales los que han en realidad atendido la controversia, y de forma limitada.
Yo lo que veo es que se equivocan Fox y su equipo al creer que es un asunto totalmente menor e intercambiable por una -mejor perspectiva- para las resoluciones migratorias en Estados Unidos. Tales se tomarán internamente, lejos de algún logro o avance de la acción diplomática y cabildeo mexicanos, y ajenas a las medallitas que en tal materia se cuelgue el ejecutivo federal. No es menor por muchas razones y no sólo por la realidad local, o el futuro que se pone en juego de sus habitantes.
No lo es porque es (todavía) un Estado nacional que niega la defensa de los propios intereses de sus poblaciones, mientras no logran cabida en la agenda interna ni externa de la presente administración. Así no mejora su capacidad de gestión y acción para la serie de problemas ecológico-ambientales de carácter urgente que seguirán explotando a lo largo de la desértica y vulnerable franja fronteriza en sus 300 kms. de ancho este 2006 y los próximos años. El fallo del juez federal en Nevada, Philip Pro, es un precedente brutalmente nocivo y desfavorable para nosotros en el sur con respecto al manejo de mantos acuíferos subterráneos compartidos. Manejo crecientemente necesario como en una reciente investigación he podido constatar.
No lo es porque las situaciones medioambientales son tan complejas que requieren de soluciones innovadoras, con base en amplio conocimiento técnico y científico, y voluntades políticas compartidas. Donde los emergentes actores locales son los más adecuados para su consecución, siendo que el Estado ha resultado demasiado grande y ambiguo para asuntos que no acomodan la tradicional agenda. De esta forma lo que se logra es vulnerar las posiciones y posibilidades de las ciudades y municipios mexicanos, no con el fin de enfrentarse, sino posicionarse y construir nuevos esquemas funcionales con sus vecinos transfronterizos atendiendo una realidad propia.
Tampoco es menor porque decididamente pone en riesgo anticipado el bienestar de los centros de mayor crecimiento, desarrollo y calidad de vida del país. A los que reciben mano de obra que no logra trabajar en Estados Unidos, u ofrecen nuevos lugares de residencia y oportunidades para satisfacer algunas de las necesidades más urgentes de mexicanos sensiblemente menos afortunados. Pone en mayor riesgo a poblaciones que ya enfrentan fuerte escasez de agua y pésima calidad del aire, manejo inadecuado de desechos industriales, entre otras complicaciones.
Y de otra forma coincidendo con afirmaciones de Denise Maerker, hace evidente la conducción de un Presidente de los mexicanos en el exterior con notoria indiferencia a los que aquí estamos. La situación absurda de deteriorar decididamente las condiciones internas, logrando ridículamente poco por las externas. Incluso defendiendo la presencia militar estadounidense en puntos limítrofes.
2 Comments:
Felicidades por su graduaciòn Lic. ahi se toma una copita pa mi, o hasta dos que nunca sobran.
Hecho mi querido licenciado. Más que servido y agradecido.
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