18.8.06

Esquina, ¿bajan?

Hoy en su columna La Conexión Pastor, Raymundo Riva Palacio trata un punto que identifica como común entre Jorge Castañeda y López Obrador, y aborda la existencia de una propuesta de intermediación internacional emitida por el académico estadounidense Robert Pastor. Tras brevemente describirla y revisar las posturas emitidas por los dos principales contendientes de la elección presidencial, RRP cierra con lo siguiente :

si 35% del electorado piensa que las elecciones no fueron justas y otro 20% tiene sus dudas, la parte política del conflicto permanecerá sin resolverse. ¿Qué es mejor? ¿Regresar a la concertacesión, como definen los calderonistas la iniciativa estadounidense, o mantener la legalidad como eje y trabajar posteriormente en la legitimidad?

La pregunta final de Riva Palacio me resulta estúpida en términos democráticos y acertada en los términos de la actual confrontación política post-electoral. En democracia electoral de sufragio universal de una república representativa, la legitimidad política nace al cumplirse la legalidad que rige a la elección, el voto en particular, y su proceso en general.

La cultura política de la ciudadanía mexicana se caracteriza por la permanencia de prácticas y valores autoritarios, apenas crecientemente democráticos. Para ello se podrán consultar los datos de Latinobarómetro y en especial la Encuesta Nacional de Cultura Política de INEGI-SEGOB.

En este tenor la pregunta final de Riva Palacio aquiere mayor sentido, en el que las sociedades que comprenden al electorado mexicano son incapaces de ver la inseparable relación entre legalidad y legitimidad propia de la democracia electoral. Incapacidad que aumenta el riesgo de nuestro futuro institucional.

Siguiendo la lectura de la columna, el alegado rechazo a la concertacesión parece previsible por parte de Acción Nacional. Del otro lado, el retroceso histórico es inherente a los actuales reclamos de López, como nos ha demostrado.

Así, el miedo a los tragos amargos que requiere el cambio evolutivo de nuestra cultura política a una democrática y plural, con respeto a las instituciones y obediencia a las reglas de todos; se hace presente al exigirse concertacesiones, un nuevo reconteo, fallos jurídicamente injustificados ante el máximo tribunal en materia electoral…En suma, evitar la ley, dejarla una vez más para luego y sustituirla con gritos y ataques a quien resulte poco devoto y falto de pureza.

1 Comments:

Blogger Roberto A. Juarez-Garza said...

Hay personas, facciones o camarillas con las que de plano no se puede negociar. Y creo que mucho menos concertaceder.

9:20 오후  

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